domingo, 21 de febrero de 2010

"I want to believe"



Aquí dejo colgada otra cosa que también tiene cierto tiempo, cuando le hayáis echado un vistazo, por favor, mirad el comentario "explicativo"

1 comentario:

La flor de la pereza dijo...

Texto para:
I want to believe


Este proyecto se presenta como un folleto de mano, que estaría ubicado en el interior de una sala de exposiciones, amontonado, permitiendo al espectador cogerlo y utilizarlo para un fin lógico: un recorrido rápido a través de un cúmulo de imágenes y textos que dicen ser la primera documentación fotográfica sobre fenómenos paranormales.

Todas las imágenes van acompañadas de una serie de pies de foto, o todos los pies de foto van acompañados de una serie de imágenes. Se potencia una mirada sensacionalista, condición indispensable de todos los medios que se centran en la divulgación de este tipo de temas que tratan lo aparentemente oculto, lo que va más allá de lo normal. A partir de esto podemos llegar a la conclusión de que toda visión persigue una sensación (activación de conos y de bastones, etc.), por tanto, toda visión es quizá sensacionalista. La mirada ávida, salta de texto en texto y de imagen en imagen, que, consideradas en su dimensión espectacular, como una acumulación infinita de instantes equivalentes se han presentado de esta forma: agrupadas, nunca seriadas.

Otra de las características de un formato plegado es el intercambio que se produce a la hora de desdoblarlo entre cada imagen y los pies de foto. Cada texto tiene un peso similar al de la propia fotografía, una presencia equivalente y por ello está dotado de una función subversiva. Esta función deriva del condicionamiento del espectador, se le convence de lo que va a ver, para que así pueda verlo, es el rol del lenguaje en el esclarecimiento u oscurecimiento de los hechos.

Pero en realidad no son fantasmas propiamente dichos lo que se muestra “realmente” en esas imágenes. En líneas generales, por sus características, se ha hablado de la fantasmagoría de la fotografía, por los procesos químicos que le están asociados, en los que velar y revelar tiene un papel esencial, en los que dejamos de ver para obtener una imagen latente. Pero yo realmente estoy mostrando capturas de los programas que ofrecieron las cadenas CBS y ABC en EEUU durante la Guerra de Vietnam.

Como ya se sabe, fue uno de los conflictos bélicos más retransmitido de todos los tiempos hasta el punto que se le denominó “Living-room War”, fue el origen del prestigio de estas dos cadenas y de que periodistas como Walter Cronkite se ganasen la fama de “the most trusted man in America”. Precisamente por todo esto, la Guerra de Vietnam es uno de los más claros ejemplos de la imagen mediática, de una sociedad de espectáculo voraz. La sociedad americana se sentaba cada noche frente a la TV para comprobar “¿qué les está sucediendo a nuestros chicos ahí fuera?” La actividad de la guerra, como la de toda la vida humana se interpretaba (y se interpreta) y dominaba (y domina) en base a las categorías del ver. Esto permite que la vida sea un territorio especulativo.

Estas imágenes eran grabadas y se retransmitían a los 3 ó 5 días, período marcado por los procesos de selección y montaje, que a mi juicio son los verdaderos condicionantes del carácter espectacular de la imagen. No existían suficientes avances técnicos para conseguir esa inmediatez que actualmente es uno de los grandes trampantojos de verosimilitud. Por todo esto, se trata de tomar imágenes orientadas a remover y proyectar conciencias en una dirección completamente nueva. Pues un signo sólo llega a adquirir el significado que su emisor pretende conferirle si el destinatario acepta esa pretensión, de ahí el condicionamiento brutal del pie de foto.

Hay una recuperación, una apropiación sensacionalista de las imágenes buscando un consenso lector de ellas. Esa aceptación es posible, ya que hemos admitido una imagen genérica del mundo. En el caso de los fantasmas, “a fuerza de desear y de pre-ver se trata de hacer aparecer algo en ese archipiélago de manchas.”