martes, 27 de noviembre de 2007

Orfeo

Talla en alabastro

"Sus miembros yacen distantes del lugar. Su cabeza, Hebro, y su lira tú acoges y, milagro, mientras baja por mitad de tu corriente un algo lúgubre lamenta su lira, lúgubre su lengua murmura exánime, responden lúgubre un algo las riberas. Y ya ellas al mar llevadas su caudal paisano dejan, y de la metimnea Lesbos alcanzan el litoral. Aquí una fiera serpiente ese busto expuesto en las peregrinas arenas ataca y, asperjados de goteante rocío, sus cabellos. Finalmente Febo le asiste y, cuando sus mordiscos a inferirle se disponía, la contiene y en piedra las comisuras abiertas de la sierpe congela y anchurosa, cual estaba, endurece su comisura. Su sombra alcanza las tierras, y esos lugares que había visto antes, todos reconoce, y buscando por los sembrados de los piadosos encuentra a Eurídice y entre sus deseosos brazos la estrecha. Aquí ya pasean, conjuntados sus pasos, ambos, ora a la que le precede él sigue, ora va delante anticipado, y a la Eurídide suya, ya en seguro, se vuelve para mirarla Orfeo."

Metamorfosis - Ovidio

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